Cosas que ver en Barcelona



Pasea para descubrir la ciudad

Barcelona es una ciudad grande, pero tiene un tamaño perfecto para conocerla a pie. Olvidaros por un día del metro o el autobús turístico y recorredla dando bonitos paseos y cogiendo fuerzas en su amplia oferta gastronómica. Podéis optar por visitar los edificios y parques más importantes de la ciudad como la Ciutadella, el parque de Joan Miró o el castillo de Montjuïc, pero también existe una Barcelona que no sale en las guías. Os animamos a subir hasta Horta, a conocer el encanto del barrio de Sant Andreu, a ver una cara del Eixample menos conocida y a disfrutar de cinco panorámicas únicas.
Pero también existe la oportunidad de conocer la ciudad pedaleando. Numerosas son las rutas que la recorren,
Y si sois aficionados al running y no os permitís una tregua ni estando de vacaciones, esta es vuestra opción.


  Gaudí y el Modernismo

Sin duda, una de las atracciones turísticas (y también para los que viven aquí) es admirar la arquitectura modernista y las obras de Gaudí en particular. Podéis encontrar varios ejemplos de su trabajo por toda la ciudad, ya sean edificios civiles o religiosos. Los más famosos son la Sagrada Familia, impresionante por fuera y por dentro; el Park Güell, un lugar casi de cuento que emula un jardín inglés, o la Pedrera. Pero no dejéis pasar la oportunidad de visitar otros edificios de Gaudí que a veces ocupan un lugar más pequeño en las guías. Por ejemplo, el Palau Güell, la Casa Batlló, la Casa Vicens o (haciendo una pequeña escapada fuera de Barcelona) la cripta de la Colònia Güell, en Santa Coloma de Cervelló.
Pero Gaudí no fue el único exponente del Modernismo que dejó su huella en Barcelona. También merecen una visita, por ejemplo, la Casa Amatller y el Palau de la Música, de Puig i Cadafalch; la Casa Lleó Morera, diseñada por Domènech i Muntaner o la Casa de les Punxes. Otro ejemplo es el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Patrimonio de la Humanidad y cuyos jardines son un oasis en medio del bullicio de la ciudad.
Para saliros un poco de las rutas establecidas, os hablamos de 5 joyas modernistas menos conocidas.

Barcelona tiene locales de música en directo, como Razzmatazz o la Sala Apolo, pero también tiene salas de conciertos maravillosas. El Gran Teatre del Liceu es un superviviente espléndido, decorado con pan de oro, lujosas alfombras rojas y mucha ornamentación. Consultad la programación, ya que las entradas no siempre son tan caras como pueda parecer y és un lugar que merece una visita. Por otro lado está L'Auditori, un espacio elegante con capacidad para 2.400 espectadores que no sólo programa conciertos de música clásica, si no también jazz, o músicas del mundo. El Palau de la Música Catalana es famoso por su arquitectura modernista y por la cantidad de actividades que acoge. Barcelona también acoge diversos festivales, desde el Primavera Sound al Festival Internacional de Jazz de Barcelona, el Sonar y el Cruïlla, entre otros.

Descubre la Barcelona del joven Picasso

Picasso recordaba Barcelona como hermosa y brillante, una ciudad donde pasó sus primeros años. Seguid los pasos del genio visitando los enclaves que marcaron su juventud. Pasear por la calle de la Reina Cristina y luego cruzar hasta el número 3 la calle de la Mercè y ver donde vivía su familia, aunque el edificio fue destruido. Si necesitáis hacer un alto en el camino, acercaros a Els 4 Gats, un lugar donde se reunían los artistas de la época para hacer tertulias, cenas y reuniones de arte. Para finalizar, visitad el Museu Picasso, una galería que acoge las obras de los años de formación de Picasso.

Mucho que comer y degustar

Los pintxos, platos del tamaño de un mordisco que se sirven sobre pan (la versión vasca de las tapas) también son una tendencia culinaria en Barcelona. Uno de los mejores lugares es Euskal Etxea, donde podréis saborear empanadillas de jamón serrano, pintxos de pollo en tempura con mayonesa de azafrán, queso provolone fundido con mango y jamón, o una mini-brocheta de carne de cerdo, pero hay muchos más sitios interesantes por la ciudad.
Pero si lo que os apetece es ir de tapas, las propuestas se multiplican. Las hay más elaboradas, las de toda la vida, lugares donde las patatas bravas son las estrellas de la carta o bares donde mejor se sirve la cerveza. Algunos de los imperdibles son el Quimet i Quimet, la Esquinica o El Jabalí.

La oferta gastronómica más lúdica se podría completar con un vermut. Los fines de semanas son el momento ideal porque se dispone de más horas para "saltar" de bar en bar, pero realmente siempre es un buen momento para tomar vermut casero, de esas bodegas históricas. Os recomendamos el Bar Calders, La Pepita y la Electricitat, por ejemplo.

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